Actitudes como escuchar la música con mucho volumen, descansar los pies sobre los asientos o ensuciar las instalaciones deterioran gravemente el derecho de otras personas viajeras a disfrutar de un transporte limpio y cómodo.
Tratamos de concienciar a algunas personas que hacen un uso incorrecto de Euskotren para que corrijan sus comportamientos. El tranvía o el tren no son una jungla, son una propiedad colectiva y también limpiarlos y repararlos cuesta dinero y recursos que son de toda la ciudadanía.
Las pintadas en unidades e instalaciones son especialmente agresivas por su alto coste, tanto económico como medioambiental, y provocan que se malgasten recursos que de otra manera podrían destinarse a mejoras de todo tipo.